La minería es un campo con mucha historia en el País
Vasco, que ha dejado huella, tanto en las personas que trabajaron en ella,
como en sus descendientes y en nuestro paisaje. De ahí nuestro interés en
dar a conocer algo de nuestra historia, de la vida de los mineros y de su
trabajo, a través del "diario" de una limpiadora encargada de lavar y
clasificar el mineral, ya que este era un trabajo de mujeres.
Por otra parte, las minas cambiaron el paisaje del País
Vasco y muestras de ello podemos encontrar ejemplos en Gallarta, La
Arboleda, Muskiz...
26 de diciembre de 1973.
Ayer, fue 25 de diciembre. Fue Navidad. Sólo
teníamos pan con agua para comer ya que la mina cerró hace unas semanas. Mi
marido y yo no tenemos en qué trabajar, y no tenemos nada que dar de comer a
nuestros hijos.
A mi marido, le amputaron la pierna porque una
vagoneta le pasó por encima. Ahora sólo quedan los recuerdos de cuando
trabajábamos en la mina.
10 de enero de 1973.
Hoy es mi primer día de trabajo en la mina. soy
limpiadora de minerales. Mis compañeras son bastante comprensivas, aunque no
entienden cómo he tardado tanto tiempo en trabajar. La verdad es que mis
padres, no tienen suficiente dinero para alimentarnos, y por eso me he
puesto a trabajar en la mina.
18 de mayo de 1975.
Cada día es una rutina. Hace unos meses fui a la
consulta porque se me cayó una roca muy pesada en el pie. Me tuvo que
acompañar una compañera, porque casi no podía andar y el hospital esta en un
alto, sobre la mina. En el despacho del médico, vi muchos diplomas y
herramientas quirúrgicas que jamás había visto. Me opero el Doctor Azcárate
en tres horas y media. Estuve inmovilizada durante dos semanas, por lo que
no pude trabajar. Pensé seriamente en dejarlo, pero mi padre murió al caerle
una roca en la cabeza en una de las explosiones que se realizaban en la
mina. Estos accidentes son muy comunes y la seguridad en este trabajo
mínima.
20 de julio de 1975.
Es verano y hace un calor insufrible, menos mal
que tenemos a los aguadores, que nos traen agua para hidratarnos. Estos son
niños, que se encargan de llevar agua a los demás trabajadores, en unas
jarras a lo largo de toda la jornada, que puede llegar a ser de sol a sol.
¡Hay que extraer mineral mientras el sol nos de luz! Sabemos que si no
llegamos a los mínimos no se cobra el jornal.
Cada vez hay menos trabajadores, ya sea por causa
del calor o por derrumbamientos. A parte el salario es muy pobre, y por si
fuera poco, tenemos que comprar en la tienda del capataz, ¡parece que le
devolvemos el dinero que nos paga!
Me he enterado que el mineral que lavamos, los
mandan a Inglaterra y lo utilizan para la construcción.
15 de marzo de 1978.
Hoy es día más feliz de mi vida, ¡me he casado!
Mi marido se llama Eneko y tiene dos años más que yo. Nos conocimos en la
mina hace ya unos tres años. Mañana tendremos que ir a trabajar, ya que si
no, no nos llega para pagar las camas que nos arrienda el capataz.
23 de agosto de 1980.
¡Estoy embarazada de casi siete meses!
Hace unas semanas murió mi madre. Dejó un gran
vacío en mi corazón. Ahora estoy muy sola. Mi marido y yo, pasamos la mayor
parte del día en la mina y cuando llegamos a casa no tenemos prácticamente
qué llevarnos a la boca. Me cuesta mucho trabajar en mi estado, pero lo
necesitamos.
27 de noviembre de 1980.
Ayer dí a luz un precioso bebé. Lo hemos llamado
Gorka. Estamos contentos. Hoy después de mucho tiempo, no me siento tan
sola.
12 de enero de 1988.
Mi hijo ha empezado a trabajar en la mina como
aguador. Necesitábamos el dinero, ya que mi marido no puede trabajar. Le
pasó una vagoneta por encima y le tuvieron que amputar una pierna. Las
amputaciones de extremidades entre los mineros son muy comunes. ¡Otra de las
desgracias de la mina!
22 de abril de 1990.
Ayer di a luz a mi segundo hijo. Es una niña y se
llama Itxaso. Mi marido está preocupado, no sabe de dónde vamos a sacar el
dinero para mantener a nuestros dos hijos. Mi hijo ha empezado como minero.
Tengo miedo. ¿Y si le ocurre algo?
31 de diciembre de 1992.
Poco a poco la gente se va de la mina. Ya no hay
apenas trabajo. De mis compañeras sólo quedamos tres y apenas cinco mineros
y dos aguadores, mi hijo y el hijo de Fernanda. Al final todo queda en
familia. Nos han dicho que en unas semanas cerrarán la mina. No sé cómo nos
pueden hacer esto. ¡Me parece una injusticia! ¿De dónde voy a sacar el
dinero para mantener a mi familia?
29 de junio de 1993.
Hoy han cerrado la mina definitivamente. No he
podido evitar llora junto a mi hijo mayor y mi pequeña que apenas tiene tres
años. ¿Qué será de nosotros? Mi marido ha caído en una depresión y yo voy en
camino de ella. No sé cómo vamos a superar este bache. Echo de menos a mi
madre. Ella siempre tenía solución para todo. ¡Todo lo que está ocurriendo
es horrible!
1 de enero de1994.
Tuvimos que dar en adopción a nuestros hijos,
para que al menos ellos tengan mejores oportunidades. Lloré durante días,
pero sé que a pesar de la tristeza que ahora mi corazón siente, ellos
tendrán qué llevarse a la boca y una buena educación.
Hoy es el último día que escribo. Ya no tengo fuerzas siquiera para seguir
escribiendo. Estamos en la calle. Nadie nos da un sitio donde dormir o
llevarnos un bocado a la boca. Mi marido yace a mi lado y a mí apenas me
quedan unas horas. Sólo me queda escribir, que lo que hice, lo hice por mis
hijos y mi marido. Sé que mi marido quería desde hace tiempo descansar en
paz y que mis hijos estarán bien donde los dejé. Sólo espero y confío que la
familia que los acoja los ame como yo lo he hecho y les cuiden como se
merecen. Ahora ya podré descansar en paz.
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