En Sinsheim, Alemania, se celebra anualmente en enero, una
feria dedicada a las máquinas de todo tipo de vapor. Está dirigida a todas las
personas que se dedican a la construcción de maquetas y modelos que pueden
funcionar realmente a vapor, así como a máquinas y vehículos de tamaño real.
Es
un festival enorme al que acude mucha gente, debido a la gran afición que existe
en la región por fabricar en tiempo de ocio ese tipo de máquinas.
Los modelos que se presentan tienen una calidad enorme, fruto del trabajo realizado a conciencia y con afición. La organización es excelente también.
Hemos acudido varias veces a la feria y en este lugar se pueden encontrar referencias de varios de los viajes que hemos realizado. Para nosotros ha sido muy importante la visita de cara a recoger ideas y a aprender de cara a poder realizar proyectos semejantes en los talleres de mecanizado.
Nos interesa, en primer lugar, obtener ideas de proyectos
bonitos, atractivos que pudieran ser un reto para nuestros alumnos y que, de
entrada, provocasen al chaval las ganas de hacer uno igual: "¡Yo quiero uno como
ese!" es la reacción que nos gusta oír a los chavales cuando loes presentemos un
proyecto a realizar. Desde ese momento es más
fácil
ponerse a trabajar. La motivación está conseguida, no depende de un sueldo, de
un deber etc. Se ha interiorizado y así podemos conseguir que el oficio para el
que se están preparando sea algo más, llegue a ser algo que se interioriza y se
hace propio. Crea afición y gusto por la actividad.
En segundo lugar nos interesa aprender las posibilidades de
terminados y acabados de este tipo de proyectos. Lo que se observa en Sinsheim
es asombroso, perfecto. Al trabajar en tamaños pequeños las tolerancias
disminuyen y eso obliga a esforzarse más en la ejecución. A la vez, al ser
trabajos únicos es necesario trabajar en pequeñas series, en las que lo
individual es una constante. Las piezas son individuales y el que las trabaja
también. Esto refuerza mucho el crecimiento y el autorreconocimiento del
chaval que ejecuta estos proyectos.
Ya
no es sólo un trabajo lo que se realiza, sino a uno mismo. La exigencia del
acabado perfecto que aporta el propio proyecto una autodisciplina que tienen
muchos valores educativos. Además se interioriza el lugar donde se produce esa
exigencia. No es el profesor, las notas etc. lo que la provocan, sino las ganas
que tiene cada uno de realizar ese trabajo. Cuando se consigue esto, ya se está
muy adelante.
En tercer lugar, y en contra del mecanicismo y maquinismo que puede verse en los trabajos mecánicos, las máquinas y motores de vapor nos trasladan a una época diferente. Muy poca gente que observa funcionar un aparato de vapor no es capaz de sonreír y maravillarse un poco. este tipo de máquinas tienen un nivel estético, de ser algo más bonito que una máquina. Loa acabados, los pulidos, las formas tienen una dimensión estética que es muy fácil de aprovechar y desarrollar.
Además nos acerca a los inicios de nuestra sociedad industrial actual. Acercarnos a esa época, lejana ya, de innovaciones, de inventos, de superación de retos y búsqueda de soluciones a los problemas de entonces, nos puede resituar en nuestra sociedad de ahora para ser más activos y participativos.
Buscando
todo eso acudimos a Sinsheim y presentamos en este sitio algunas de las fotos y
cosas aprendidas.
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